La toxicidad del nitrógeno y la planta de cannabis

NITRÓGENO

El tópico "demasiada miel empalaga" nunca ha sido tan cierto como cuando le suministramos a nuestras plantas demasiado amor en forma de nitrógeno. El nitrógeno es un elemento esencial durante todo el ciclo vital de la planta de cannabis. Sin embargo, podría convertirse en una toxina si te pasas con él. En cantidades ideales, el nitrógeno es una pieza fundamental de la vida de planta y se encarga de que crezca de forma saludable. Si le aplicas demasiado nitrógeno buscando potenciar el crecimiento de las plantas, lo que obtendrás a cambio será que se deterioren muy rápidamente y tus señoritas tengan aspecto de estar muy enfermas.

SÍNTOMAS

La planta de cannabis, debido a su veloz crecimiento, precisa de una considerable cantidad de nitrógeno durante la fase vegetativa. Es bastante difícil provocar una sobredosis con nitrógeno utilizando los fertilizantes comerciales actuales, ya que son el resultado de años de experiencia. Sabrás que tienes entre manos una toxicidad a causa del nitrógeno cuando:

• * Las hojas se vuelven de un color verde oscuro y profundo.
• * Los tallos de las hojas podrían tornarse púrpuras.
• * Las puntas de las hojas primero se vuelven amarillas y luego se queman.
• * Las hojas se desgarran. En algunas especies, las puntas de las hojas se doblarán horizontalmente hasta alcanzar 90º y, a continuación, se desgarrarán. Si estos desgarros no se tratan, entonces empeorarán, las hojas se volverán amarillas, morirán y se caerán.
• * Las hojas se hunden o se quedan suspendidas.
• * Los problemas de calor o del pH intensificarán el problema. Las plantas se volverán menos resistentes al estrés cuando padezcan de toxicidad.
• * Las plantas de semillero se estresarán, tornándose de un verde oscuro y ralentizando su crecimiento.

Que las hojas se desgarren o queden suspendidas es también un síntoma de sobrehidratación. No obstante, las hojas se vuelven opacas y como sin lustre a raíz de una hidratación excesiva. Pero debido a la toxicidad del nitrógeno, estas se vuelven brillantes y de un verde oscuro.

LA MEJOR MEDIDA ES LA PREVENCIÓN

Cultives en interior o en exterior, siempre es recomendable evitar los terrenos con fertilizantes de acción lenta. Estos pueden provocar toxicidad durante la fase de floración, que es cuando el cannabis no requiere nitrógeno, o apenas un poco.
Presta siempre atención a las instrucciones de los fabricantes al emplear fertilizantes comerciales. Modificar los abonos o preparar combinaciones explosivas "para acelerar las cosas", tan solo contribuirán a tu desamor.

SOLUCIÓN

La forma más fácil de evitar todo esto es reduciendo la cantidad de nitrógeno que están obteniendo tus plantas. No utilices mezclas potentes de abonos. Ten cuidado con las mediciones. Asegúrate de que sigues las instrucciones del fabricante. A menudo, las mezclas de fertilizantes con 3/4 partes de su potencial son mejores que las que contienen toda su potencia. Riega las plantas con un agua con un pH equilibrado, y a continuación continúa con una mezcla más débil. Cuando las plantas se hayan recuperado, continúa con tu rutina habitual de riego. Las hojas afectadas no se recuperarán y seguirán secándose. Retíralas para evitar tener problemas de moho.