Cómo cultivar marihuana en un alféizar de ventana
Published : Nov 10, 2020
El cannabis crece mejor al aire libre bajo el sol, o en interior bajo luces potentes, pero también es posible plantar marihuana junto a una ventana. Sigue leyendo para aprender cómo hacerlo.
No todo el mundo tiene acceso a un buen espacio exterior para cultivar marihuana, o puede invertir en equipos caros para montar un cultivo interior. En cambio, la mayoría de gente tiene como mínimo un alféizar de ventana en su casa. Y aunque esto esté lejos de las condiciones ideales, es posible cultivar marihuana junto a una ventana. Aquí tienes cómo hacerlo.
PASO 1: MÁRCATE UNAS EXPECTATIVAS ADECUADAS
El cannabis es una planta robusta que puede crecer en una serie de condiciones diferentes, incluso en un alféizar de ventana. Pero debes entender que, en estas condiciones, tu planta solo producirá una pequeña cantidad de cogollos.
No te desilusiones al ver las fotos de los cultivadores profesionales o bancos de semillas, ya que una planta de cannabis cultivada junto a una ventana no se parecerá al típico arbusto de marihuana. Probablemente solo produzca unos pocos gramos de cogollos, cuya calidad dependerá de cuánta luz, nutrientes y amor puedas dar a tu planta.
PASO 2: ESCOGE EL LUGAR CORRECTO
Las plantas de cannabis necesitan mucha luz. Si vas a cultivar en un alféizar de ventana, escoge una ventana que reciba la mayor cantidad de luz solar directa posible. A la marihuana también le gustan las temperaturas cálidas entre 18-30°C y los niveles de humedad entre el 40-70%. En la medida de lo posible, intenta lograr estas condiciones, ya sea de forma artificial usando un sistema de climatización o un deshumidificador, o de forma natural cultivando en la época del año adecuada.
Recuerda que, en la naturaleza, el cannabis crece desde primavera (cuando germinan las semillas) hasta principios de otoño o invierno, cuando las plantas se marchitan y mueren de forma natural.
PASO 3: ELIGE LA CEPA ADECUADA
Al cultivar marihuana, siempre es importante escoger la variedad correcta. Pero, al cultivar en una ventana, escoger la genética adecuada es esencial.
En primer lugar, es mejor plantar una variedad de cannabis autofloreciente. A diferencia de las cepas fotoperiódicas, las autoflorecientes no florecen en función del ciclo de luz cambiante, sino que florecen automáticamente al alcanzar cierta edad. Esto es muy importante si cultivas en un alféizar de ventana, ya que no tendrás suficiente control sobre la iluminación para forzar la floración de una cepa fotoperiódica.
En segundo lugar, es mejor cultivar variedades extra resistentes y que no requieran mucho espacio. Evita las cepas sativas altas, ya que necesitan demasiado espacio para crecer adecuadamente.
PASO 4: SIEMBRA TUS SEMILLAS
Cuando hayas escogido una cepa y tengas tus semillas, es el momento de germinarlas. Para ello, pon las semillas entre unas hojas de papel de cocina humedecidas sobre un plato, cúbrelas con otro plato y déjalas en un armario oscuro. Deberían germinar en pocos días y entonces será el momento de plantarlas en la tierra.
Como maceta para las plántulas, puedes usar un vaso de plástico transparente, que te permitirá observar las raíces a medida que crecen. Perfora unos agujeritos en el fondo del vaso para permitir el drenaje y a continuación llénalo con tierra normal humedecida. Haz un pequeño hoyo de 1cm de profundidad, más o menos, introduce la semilla en el agujero y cúbrela. Ahora, pon tu plántula junto a la ventana. Debería brotar de la tierra en pocos días.
PASO 5: CUIDA TU PLÁNTULA
Las plántulas de marihuana son muy frágiles. Les gustan los ambientes cálidos y húmedos; por tanto, es buena idea cubrir la plántula con una bolsa de plástico y, cada pocos días, pulverizar un poco de agua dentro para mantener la humedad. Pero ten cuidado y no te pases, ya que el exceso de humedad puede ser un criadero para hongos y bacterias.
Deja crecer la plántula hasta que haya desarrollado algunos nudos y tenga al menos una hoja con todos los dedos (cuyo número puede variar entre 7-13, según la cepa). Cuando veas las raíces asomarse por la base o los laterales del vaso de plástico, será el momento de trasplantarla a una maceta más grande.
PASO 6: PREPARA LA MACETA Y LA TIERRA
La tierra es el mejor sustrato para cultivar en el alféizar de una ventana. Y cuánta más calidad tenga la tierra, mejor salud tendrán las plantas y los cogollos producidos.
Pero, antes siquiera de pensar en la tierra, necesitarás una maceta para tu planta. Los cultivadores de cannabis normalmente usan macetas con tamaños entre 10-40 litros; pero, obviamente, estas no cabrán en el alféizar de la ventana. Calcula el espacio e intenta conseguir la maceta más grande posible, teniendo en cuenta que cuanta más tierra contenga, más crecerá la planta. Y no olvides usar una maceta con suficientes agujeros de drenaje.
Una vez elegida la maceta, es el momento de preparar la tierra. Para ello, lo más simple es comprar tierra de alta calidad de una tienda de jardinería, y mezclarla con aproximadamente un 30% de vermiculita. De este modo, crearás una tierra con buen drenaje, perfecta para el cannabis. A medida que crezca la planta, podrás aplicar fertilizantes para ayudarla a alcanzar su pleno potencial.
Si quieres evitar los fertilizantes, puedes dedicar un tiempo a preparar tu propia mezcla de tierra antes de plantar. Para ello también usarás tierra comprada en la tienda, pero durante unos meses la enriquecerás con todo tipo de ingredientes, para crear un sustrato rico en nutrientes para el desarrollo de tus plantas.
Para empezar, mezcla 3 partes de tierra, 1 parte de vermiculita y 1 parte de humus de lombriz. A continuación, añade un poco de arenisca verde, cal dolomita y guano. La cantidad requerida dependerá del tamaño de tu maceta. Los paquetes de cada uno de estos productos deberían mostrar información sobre la dosificación, así que calcula bien la dosis según la cantidad de tierra utilizada.
Cuando todo esté bien mezclado, moja toda la mezcla y déjala reposar durante tres días antes de plantar tu plántula.
PASO 7: FERTILIZA TU PLANTA
Al abonar las plantas de cannabis, tienes dos opciones principales: fertilizantes caseros o fertilizantes comprados en tienda. Ambos tienen sus pros y sus contras.
Los fertilizantes comerciales te permiten calcular la dosis con precisión, por lo que sabes exactamente qué estás dando a tus plantas. También existen mezclas específicas diferentes para la fase vegetativa y la fase de floración. Sin embargo, muchos de estos fertilizantes son sintéticos, por lo que es necesario hacer un lavado de raíces antes de la cosecha para evitar que queden restos químicos en el producto final. El uso inadecuado de estos fertilizantes puede provocar quemaduras de nutrientes a las plantas, que si no se gestionan correctamente pueden tener resultados nefastos.
Por otro lado, los fertilizantes caseros son naturales. Por ejemplo, pueden hacerse preparando una especie de “té” a base de restos de cocina (como restos de verdura, posos de café, hojas de té usadas...), que puedes usar para regar las plantas. Estos tés ofrecen a las plantas un mayor espectro de nutrientes que la habitual mezcla NPK, y al usarlos no es necesario lavar las raíces antes de la cosecha. En este caso, el inconveniente es que no sabes exactamente las concentraciones de nutrientes que reciben las plantas. Y preparar estos tés también lleva cierto tiempo.
UN APUNTE SOBRE LA PODA
Los cultivadores de cannabis usan técnicas de poda con regularidad, para forzar a sus plantas a crecer en una forma específica y producir más cogollos. Al cultivar en una ventana, recomendamos únicamente una poda ligera. Ten en cuenta que estarás trabajando con plantas pequeñas y automáticas, que generalmente no tendrán tiempo de recuperarse de técnicas de entrenamiento de alto estrés antes de entrar en la fase de floración.
ESCOGIENDO LA CEPA ADECUADA PARA CULTIVAR JUNTO A TU VENTANA
Como hemos mencionado, al plantar en un alféizar de ventana es muy importante escoger la genética adecuada. A continuación, tienes una pequeña lista con algunas de nuestras autoflorecientes favoritas, que aguantarán bien en estas condiciones.
LITTLE DWARF AUTOFLORECIENTE
Como su nombre sugiere, la Little Dwarf Autofloreciente (Pequeña Enana Autofloreciente) es una cepa de cannabis muy pequeña, perfectamente adecuada para crecer en espacios reducidos como una ventana. Siendo una mezcla de genética Skunk y ruderalis, es una cepa muy resistente que produce unos cogollos muy aromáticos. La Little Dwarf Autofloreciente suele tardar unas 79 semanas en ir de la semilla a la cosecha y produce entre 4080g por planta, dependiendo del ambiente y de la destreza del cultivador.
POWER PLANT XL AUTOFLORECIENTE
Este pequeño portento de dominancia índica es la versión autofloreciente de la Power Plant XL original. Puede producir cosechas realmente grandes, incluso en condiciones más frías, y desarrolla unos cogollos ligeramente menos densos, lo que significa que es menos susceptible a la podredumbre del cogollo y otros hongos. Unas 8 semanas después de sembrar las semillas ya estará lista para cosechar, y entonces te recompensará con unos deliciosos cogollos cargados con un 15% de THC.
GREEN AK XL AUTOFLORECIENTE
La AK-47 es una cepa épica, conocida en todo el mundo. Nuestra Green AK XL Autofloreciente combina esta extraordinaria genética con genes ruderalis, creando una auto espectacular que puede generar hasta 100-150g por planta de cogollos de primera categoría. Lo mejor de todo es que estas plantas apenas superan el metro de altura, siendo perfectas para cultivar junto a una ventana.