¿Qué es el marchitamiento fúngico y cómo se previene?

El cultivo de cannabis puede parecer una tarea fácil, pero en realidad hay muchos desafíos potenciales que se presentan en el camino hacia la cosecha. Esto incluye todo, desde una germinación fallida hasta las quemaduras por nutrientes y muchas otras posibilidades. Otro reto que hay que tener en cuenta es lo que se conoce como "damping-off" o marchitamiento fúngico, y puede ocurrir muy pronto en el cultivo.

El marchitamiento fúngico es un fenómeno provocado por invasores fúngicos que se instalan en el suelo. La presencia de hongos puede impedir que las plantas absorban y trasladen los nutrientes hacia las hojas. Este proceso finalmente daña la integridad del tallo, causando que la planta se derrumbe y vuelva al suelo de donde vino.

El damping-off es algo habitual en las plántulas, y es especialmente desalentador ver cómo el desarrollo se acaba antes de que realmente haya comenzado.

SÍNTOMAS DE DAMPING-OFF Y TRATAMIENTO

Es bastante fácil identificar que tu plántula se está marchitando, ya que los síntomas son bastante evidentes. La plántula en sí misma comenzará a presentar decoloración, tonos amarillos y marrones en las estructuras anatómicas como el tallo, junto con lesiones.

El tallo, uno de los principales elementos de soporte de la plántula, empieza a ablandarse y doblarse bajo el propio peso de la plántula. El aspecto general también será débil y marchito. Las hojas comenzarán a atrofiarse.

En cuanto al tratamiento, hay pocas o ninguna opción disponible. Una vez que el damping-off se ha establecido y afianzado, la planta estará prácticamente abocada al fracaso.

El siguiente paso es tomar medidas preventivas para detener la propagación a otras plantas cercanas y evitar que se vuelva a producir más adelante. Míralo como una lección y no como un error. Y recuerda el viejo refrán de que siempre es mejor prevenir que curar.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

Los hongos son la causa principal del marchitamiento, por lo que tendría mucho sentido evaluar la situación teniendo esto en cuenta. El suelo está habitado por especies de hongos asociadas a la humedad, que sobreviven y prosperan en ambientes húmedos y encharcados. Así que la clave en este caso es no proporcionar un hogar para estos invitados no deseados.

Por lo general, los cultivadores novatos dan a sus plantas más agua de la que realmente necesitan, convirtiendo un acto de amor y cuidado en un caldo de cultivo para la mala salud. Para evitar el exceso de humedad alrededor de la base de un cultivo, solo hay que dar a la planta la cantidad de agua necesaria.

Como regla general, espera a que la capa superior del suelo esté completamente seca para regar las plantas de nuevo. Si todavía hay humedad en el suelo, entonces tu planta tiene algo para beber.

Otra forma de mantener el suelo relativamente seco es asegurar un drenaje adecuado. La falta de drenaje hará que el agua se acumule, aumentando los niveles de humedad. Añadir perlita o vermiculita a la mezcla de tierra permitirá un flujo de aire y drenaje de agua adecuados.

El lugar y la forma en que decidas germinar tus semillas también pueden tener un impacto en la prevención de la humedad.

Opta por utilizar un medio estéril con una alta capacidad de drenaje, a diferencia del suelo no esterilizado del jardín. Esto le dará a tu plántula la mejor oportunidad de comenzar su vida, minimizando el riesgo de amenazas externas y eliminando el riesgo de acumulación de agua.

Si crees que tu plántula corre mucho riesgo de marchitamiento fúngico, evita el uso de cúpulas e incubadoras, que aumentarán los niveles de humedad y ofrecerán un hábitat fúngico ideal.