Guía de secado y curado de flores de marihuana

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Categories : El cultivo de marihuana

Guía de secado y curado de flores de marihuana

Tus plantas de marihuana ya están maduras y listas para cosechar. Pero aún no has terminado. Al proceso de recogida le siguen dos pasos muy importantes. Descubre cómo y por qué debes secar y curar tus cogollos.

Cultivar tu propio cannabis puede ser una experiencia muy gratificante. No hay nada mejor que disfrutar de una rica hierba cosechada por uno mismo. Una de las razones por las que fumar tu propio cogollo sienta tan bien, es por el arduo trabajo y el tiempo que se invierte en criar a tus propias plantas hasta su madurez. Cuidar adecuadamente de una planta de marihuana es mucho más que regar la maceta de vez en cuando.

Por eso, cuando llega el momento de la cosecha, estarás más que dispuesto a disfrutar de tus frutos. Pero un paso que a menudo se salta y que es fundamental para el proceso del cultivo, es el curado, que puede ser la clave del éxito o fracaso de tus flores. El secado y curado de los cogollos no es una opción, es algo crucial. Los cogollos que no hayan sido sometidos a este proceso no serán muy agradables. Existen diferentes métodos de curado, pero hay que elegir uno. Veamos por qué el secado y el curado son tan importantes.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE EL CURADO?

El proceso de secado del cannabis implica darle tiempo para que libere la mayor parte del agua y humedad de sus cogollos. Esto se hace por varias razones. Por un lado, al asegurarte de que la flor esté completamente seca, evitarás que desarrolle moho y bacterias. El agua es la base de toda forma de vida, y esto también incluye formas no deseadas que viven en el interior de tus cogollos. Además, los cogollos que contengan mucha humedad serán difíciles de encender y fumar. Cuando se secan y se curan adecuadamente, los cogollos pueden durar hasta 2 años en un recipiente hermético.

El secado también descompone la clorofila, y el curado destruye minerales y azúcares que no te interesa tener en tus cogollos. Sin estos, podrás disfrutar de una experiencia más delicada y placentera. Además, también se extraerá mejor el sabor y aroma de las flores.

Por último, pero no menos importante, la potencia de los cogollos también se beneficiará de un curado adecuado. Al darles más tiempo para que se sequen correctamente, se maximiza el contenido de THC. Esto, por sí solo, debería ser suficiente para motivarte. ¿Por qué conformarse con una hierba mediocre cuando puedes obtener unos cogollos de calidad con solo dos sencillos pasos? Veamos qué se necesita para llevarlos a cabo.

MATERIALES

Existen varias formas de secar y curar tus cogollos.

Lo más importante es tener una habitación en la que puedas controlar la temperatura y humedad. Si no dispones de este espacio, tendrás que ser creativo. También puedes usar un armario. Necesitarás tanto espacio como el que ocupen las flores que coseches. Dependiendo del control que tengas sobre tu espacio, podría ser buena idea conseguir un higrómetro, que te permitirá medir la humedad del aire.

Consigue un trozo de cordel o alambre blando y cuélgalo de un extremo de la habitación al otro, como si fuera una cuerda para tender la ropa en la que colgar tus ramas. Si prefieres secar los cogollos de forma individual, utiliza una rejilla de secado. Tú eliges.

Esto es lo único que necesitas para secar tus flores. Se trata de un proceso muy sencillo. Para el curado, sin embargo, necesitarás tarros de cristal. Algunos cultivadores también utilizan bolsas para el horno por su tamaño grande y mejor circulación del aire.

Guía de secado y curado de flores de marihuana

CÓMO SECAR TUS FLORES

Ahora que ya tienes todo lo necesario, es importante que sepas cómo usarlo. Porque en manos de alguien que no sabe tocar, la mejor guitarra del mundo suena igual de mal que la peor.

Después de colgar las ramas en la cuerda o colocar los cogollos en la rejilla de secado, tendrás que controlar la temperatura y la humedad del cuarto. Durante los tres primeros días, deberán ser de unos 18°C y un 55% de HR (humedad relativa). A medida que pase el tiempo, tendrás que ir aumentando la temperatura y disminuyendo la humedad.

Durante los 3 siguientes días, aumenta la temperatura a 21°C y reduce la humedad en un 5%. Por último, del día 7 al 10, lo ideal sería una temperatura de 23°C y un 45% de HR. Pero si las ramas no superan la prueba del chasquido, no te quedes en el décimo día. Esta prueba consiste en comprobar la sequedad del cogollo doblando una rama. Si se dobla sin más, no está lo bastante seco. Solo cuando se rompa con un chasquido podrás tener la seguridad de haber completado el proceso de secado.

Si eres de los cultivadores que recortan sus cogollos después del secado, ahora es el momento de hacerlo. Algunos lo hacen antes (manicurado húmedo) y otros después, pero nunca debes hacerlo tras el curado. Así que, poda tus cogollos, y pasemos a la siguiente etapa.

CÓMO CURAR TUS COGOLLOS

Una vez separados los cogollos de las hojas y ramas, mételos en frascos de vidrio. No los aprietes demasiado, dales espacio para que respiren, dejando aproximadamente un 25% del tarro vacío. Esto permitirá que las flores descompongan la clorofila y sus derivados. Cuando tengas todos los frascos llenos, guárdalos en un sitio fresco y oscuro, a unos 21°C y con un 55% de HR.

Deberás abrir los frascos y sacar los cogollos todos los días durante al menos 10 minutos. Hazlo durante un período de dos semanas. Esto se hace para poder inspeccionarlos y comprobar que no tengan moho ni bacterias, y también para cambiar su posición y permitir un flujo de aire más adecuado. Este "meneo" a los tarros de vidrio garantiza un curado uniforme. Pero no los dejes fuera demasiado tiempo. Con media hora basta.

Tras 2 semanas de inspección exhaustiva, podrás relajarte un poco. A partir de ahora, solo tendrás que abrir los frascos una vez por semana aproximadamente, hasta que los cogollos estén completamente secos y tengan un olor delicioso. Puedes seguir curando y "ventilando" tu hierba durante varios meses, pero después de 6, no es aconsejable. La mayoría de cultivadores solo lo hacen durante unas semanas. Lo mejor es que pruebes y experimentes hasta encontrar la rutina que mejor se adapte a tu situación. Recuerda aprender de tus errores, y no te desanimes por los malos resultados. Afortunadamente, el proceso de curado es bastante sencillo, siempre que seas constante y minucioso.