Almacenamiento de cannabis a largo plazo
Published :
Aug 27, 2019
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El cultivo de marihuana
El cultivo de cannabis no termina con la cosecha. Aprende a almacenar tus provisiones correctamente y de forma segura a largo plazo, para evitar catástrofes y disfrutar de unos cogollos deliciosos y sin moho.
Tras una intensa temporada cultivando cannabis, por fin ha llegado el momento de la cosecha. Es hora de recortar los cogollos y secarlos bien para evitar que desarrollen moho. Dependiendo del tamaño de la producción, es posible que consumas tus flores rápido, sobre todo si vas a compartir parte de tus provisiones con amigos o colegas fumetas. Pero si acabas de procesar una cosecha enorme y vas a tardar un tiempo en consumirla, deberás preparar y almacenar tus cogollos de forma adecuada para protegerlos e impedir que se estropeen.
La investigación ha demostrado que la marihuana se puede almacenar hasta durante 2 años. Sin embargo, solo las flores minuciosamente preparadas seguirán conteniendo un nivel estable de cannabinoides después de tanto tiempo. Existen numerosos factores ambientales que hay que tener en cuenta a la hora de almacenar cannabis a largo plazo, pero la preparación previa al almacenamiento es igual de importante. Veamos el proceso de preparación y las condiciones ambientales necesarias.
CÓMO PREPARAR LA HIERBA PARA SU ALMACENAMIENTO
Tanto si vas a fumar tu hierba próximamente o en el futuro, deberás secarla inmediatamente después de la cosecha, para facilitar su procesamiento y evitar que se forme moho. La aparición del moho significa que los cogollos afectados acabarán en la basura, por lo que es muy importante no apresurarse durante este proceso. Para secar los cogollos, solo hay que separarlos de las ramas cortadas de la planta y colocarlos sobre una rejilla de secado, o recortar ramas enteras del tallo principal y colgarlas boca abajo. Las condiciones óptimas para secar marihuana son una temperatura de unos 21°C y un 50% de humedad. Te recomendamos echar un vistazo a los cogollos cada dos días, hasta que se puedan arrancar fácilmente sin que se doblen los tallos.
Una vez que los cogollos estén secos, tendrás que curarlos para eliminar el exceso de humedad interna. Esto no solamente hace que sean más apropiados para su almacenamiento a largo plazo, también mejora el sabor y la suavidad del humo. Para curar tus cogollos, colócalos en un recipiente hermético y ponlo en un lugar fresco y seco. Abre el recipiente 1 o 2 veces al día durante las dos primeras semanas, para permitir el intercambio de aire. Cuanto más tiempo cures tus cogollos, más delicado será su sabor. Puedes probarlos de forma periódica para decidir la duración del proceso.
ELIGE UN RECIPIENTE DE ALMACENAMIENTO A LARGO PLAZO
Deberás guardar los cogollos en un recipiente hermético de buena calidad para impedir que se degraden con el paso del tiempo. Una buena opción son los tarros de vidrio con tapa, que es posible que ya hayas usado durante el curado. Este tipo de frascos de vidrio están diseñados para conservar alimentos, y tienen una tapa hermética con rosca. Son transparentes, lo que facilita la tarea de vigilar la hierba para comprobar que esté en buen estado.
Esas bolsas que se cierran al vacío con una termoselladora son otra estupenda opción para almacenar marihuana a largo plazo. Estas máquinas extraen todo el aire de la bolsa, lo que ayuda a defender tus provisiones del moho, y además, sellan la abertura con calor, para mantener tus cogollos seguros. De esta forma, podrás almacenar tu material casi indefinidamente.
Estas opciones de almacenamiento protegen los cannabinoides de la oxidación que se produce cuando están expuestos a un nivel frecuente de oxígeno, lo que provoca la degradación de estas moléculas tan apreciadas.
ASEGÚRATE DE QUE LA TEMPERATURA SEA LA ADECUADA
La temperatura es un factor muy importante a la hora de almacenar cannabis. Las temperaturas altas aceleraran el ritmo de degradación de los cannabinoides. Una de las principales razones por las que se cultiva marihuana es su contenido de THC. Antes de calentarse, el THC de las flores es THCA. Cuando se expone a temperaturas altas durante períodos prolongados de tiempo, esta molécula se somete al proceso de la descarboxilación y se convierte en THC, y con el tiempo, en un cannabinoide menos codiciado, el CBN. Las temperaturas altas también desestabilizan los terpenos, que son unos hidrocarburos aromáticos y volátiles responsables de los magníficos sabores y olores de las flores de marihuana.
Intenta conservar el recipiente de almacenamiento en un lugar fresco y oscuro, preferiblemente por debajo de los 25°C. Esta temperatura no solo ayuda a reducir el ritmo de la descarboxilación, también evita que se forme moho. Coloca un higrómetro, un aparato que mide tanto la temperatura como la humedad, en el espacio de almacenamiento, para controlar la temperatura.
ATENCIÓN: LA LUZ ACABA CON LOS CANNABINOIDES
El estudio citado anteriormente indica que la exposición a la luz es el principal factor que contribuye a la degradación de los cannabinoides. En presencia de la luz, tanto el CBD como el THC permanecen estables alrededor de 6 días. Obviamente, no querrás dejar el frasco o bolsa de hierba en cualquier encimera si vas a almacenarla durante mucho tiempo. Lo mejor es conservar el cannabis en un armario fresco y oscuro; algunos cultivadores optan por usar tarros de cristal violeta miron para defender su marihuana de los rayos UV. Pero esto hace que la inspección de los cogollos sea más difícil, ya que tendrás que abrir la tapa.
VIGILA LA HUMEDAD
Deberá haber cierto nivel de humedad, para que el ambiente no sea ni demasiado húmedo ni demasiado seco. Si la humedad llega a cualquiera de estos extremos, las consecuencias podrían ser nefastas. Utiliza un higrómetro para controlar la humedad y mantener el lugar de almacenamiento con un 55-62% de humedad relativa.
Si el nivel de humedad supera esta franja, el ambiente será demasiado húmedo, lo que aumentará el riesgo de que se desarrolle moho. Si te ocurre esto y no dispones de un lugar más seco para almacenar tus cogollos, usa un deshumidificador o un desecante para reducir la humedad.
Si el lugar de almacenamiento empieza a estar demasiado seco, la resina se secará, y los terpenos, los cannabinoides y la calidad de la hierba en general también se verán afectados. Para solucionar esto, deja un recipiente con agua en la zona. Si esto no funciona, utiliza un humidificador hasta conseguir un nivel de humedad adecuado.